Los neumáticos insuficientemente inflados se desgastan más rápido, fallan con mucha mayor frecuencia y tienen un impacto significativo negativo en la economía de combustible de su vehículo. Además, el hecho de usar los neumáticos sin la presión adecuada, distorsiona la forma de éste y la superficie que hace contacto con el piso, lo cual genera como consecuencia que el neumático se desgaste en los costados de la parte superior y el motor consuma mayor combustible. Basta que los neumáticos tengan apenas un 10% menos que la presión recomendada por el fabricante para que su vida útil disminuya en un 25%.
La presión inferior a lo recomendado por el fabricante también afecta directamente el consumo de combustible debido a que se necesita más energía para propulsar un vehículo con los neumáticos desinflados. Si alguna vez has andado en bicicleta o empujado un auto con los neumáticos desinflados, ya sabes que es posible, pero que se necesita mayor esfuerzo. Los estudios muestran que los neumáticos con la presión correcta puede generar eficiencias de hasta un 10% en consumo de combustible.
La baja presión en los neumáticos es también la principal causa de fallas en las llantas. De acuerdo con estadísticas del gobierno de Estados Unidos, el 90% de las fallas en neumáticos son el resultado de la baja presión de estos, principalmente debido a la acumulación de calor interno que genera la baja presión. Los neumáticos que están desinflados por sólo unas pocas libras pueden sufrir de un debilitamiento de su estructura interna y fallar rápidamente.